Buenas prácticas para el debate emancipador
La autonomía, en contraposición a la heteronomía, debe ser elegida conscientemente, no puede ser dada ni impuesta. Así, sólo puede fundamentarse en la conciencia crítica de las personas que quieren convertirse en autónomas, que a su vez depende del grado —a nivel cuantitativo pero sobre todo cualitativo— de comunicación entre ellas. Es por ello que el debate, entendido como un proceso cooperativo-sinérgico de pensamiento y conocimiento, es un elemento primordial para avanzar hacia la sociedad que anhelamos, así como para hacer frente a la dominación.
No obstante, la misma idea de debate ha sido profundamente manipulada y degenerada como consecuencia del sistema oligárquico actual y los (des) valores que propugna para hacernos más dominables. En general, el debate ha quedado reducido a un mero proceso competitivo para ver quién tiene la razón, una lucha de egos. Tanto es así que todas y todos, por el hecho de haber crecido en esta sociedad, estamos desentrenados de cara al diálogo.
Así, un objetivo fundamental de este ciclo es el debate en sí mismo: aprender y reivindicar la concepción cooperativa del diálogo como paso básico de cara a construir una sociedad basada en la autonomía. Para mejorar en este sentido proponemos unas pautas a tener en cuenta durante los debates:
- Es muy conveniente haber pensado previamente, de forma individual o colectiva, en las ideas que se tratarán en los debates, para hacernos una opinión propia y poder desarrollar aportaciones. Esto no quita que, evidentemente, estemos abiertos a replantearnos todos nuestros posicionamientos, por eso estamos en un proceso de debate!
- Pensar y estructurar bien las intervenciones antes de expresarlas; hacerlas sintéticas y breves.
- Hablar de forma clara y a un ritmo que permita a los demás pensar lo que se está diciendo.
- Recordar durante el transcurso del debate que se trata de un proceso cooperativo y que los que nos rodean no son competidores sino colaboradores.
- Procurar que el debate avance, aportando nuevas ideas y no repitiendo las que ya se han dicho.
- Escuchar lo que dicen los demás, no sólo esperar el turno para decir lo que se quiere decir.
- Ser respetuoso con los demás: no interrumpir, dejar que se expresen, tener una actitud abierta de cara a sus aportaciones, intentando entender el fondo de lo que quieren aportar, etc.
- Tener en cuenta que contradecir las ideas expuestas por alguien no es un ataque hacia aquella persona, de la misma manera, no tomarlo como un ataque personal si rebaten lo que hemos dicho.
- Silenciar el móvil y dejarlo guardado, ya que puede reducir la concentración.
- Respetar los turnos de palabra, la dinamización y la moderación. Los dinamizadores pueden cortar a alguien amablemente si se pasa de tiempo, si repite ideas o monopoliza los turnos de palabra. Sabemos que es una tarea a veces desagradable y agradecemos la colaboración de todos y todas.